Los sistemas Desinfección de Aire Upper Room, se han instalado desde los años 40 en presencia de personas. Primeramente en quirófanos, y vista su eficacia y seguridad comenzaron a ser instalados en el resto de estancias de los hospitales donde hubiera riesgo por enfermedades infecciosas transmitidas por el aire. El reporte de reducción de contagios de entre personas fue muy significativo, y así lo atestiguan las numerosas publicaciones científicas existentes (1). A partir de este momento, los Equipos de Desinfección de Aire Upper Room, comenzaron a instalarse en varias escuelas de los suburbios de Philadelphia durante un brote de sarampión. Se observó que los alumnos que tenían los Equipos Instalados en las aulas prácticamente no se contagiaban con el Sarampión (2).

Durante la pandemia de gripe de 1957 los sistemas Upper Room, nuevamente, fueron empleados con éxito en hospitales Norteamericanos para evitar los contagios entre personas, momento en el que también se demostró que la gripe se transmitía por el aire (3). En la década de los 60, Riley & Wells, los autores del concepto de “gotícula respiratoria” para explicar el origen de la transmisión de agentes infecciosos por el aire, a partir de personas infectadas, demostraban dos cosas; que la Tuberculosis se transmitía por el aire a través de las gotículas respiratorias de personas infectadas, y que los Sistemas Ultravioleta Upper Room conseguían esterilizar, al 100%, el aire infeccioso causante de la Tuberculosis (4,5). Las experiencias de Riley, usando Equipos Upper Room frente a tuberculosis, consiguieron desinfecciones de aire de nivel Log6 y de Log9, usando potencias de 17W y de 43W respectivamente. El nivel Log 6 de desinfección es máximo, y se denomina esterilización.

A partir de mediados de los 70 hasta casi el final de los 80, el interés por los Sistemas de Luz Ultravioleta Upper Room decayó. El desarrollo de antibióticos para el tratamiento de la tuberculosis, dio lugar a una época en la que se creía que las enfermedades infecciosas conocidas, podrían ser controladas mediante la inmunización de las personas y el uso de fármacos. La realidad golpeó esta creencia al final de los 80, con la aparición de cepas de Tuberculosis resistentes a los antibióticos. Este hecho vino acompañado del aumento del número de personas inmunodeprimidas en la población, a causa del SIDA, lo que hace que estas personas sean mucho vulnerables a las enfermedades infecciosas (6,7). Ante esta perspectiva, los Sistemas Upper Room resurgieron como elementos clave en la prevención de contagios (8,9).
A partir de este momento, la tecnología Ultravioleta Upper Room, fue aplicada en diferentes ámbitos más allá del puramente hospitalario. Para conseguir esto, la actividad investigadora en torno al Upper Room se disparó, evaluando Sistemas de Desinfección Ultravioleta Upper Room en cámaras de aerosoles (10), habitaciones modelos, influencia de los factores físicos ( ventilación, humedad, temperatura), análisis computacional de fluidos, sistemas matemáticos para predecir la irradiancia de los Equipos Upper Room (12), seguridad de los equipos en presencia de personas (13), guías de mantenimiento de instalaciones, desarrollo de modelos precisos de instalación y evaluación de la seguridad, etc.

Se trata de un Sistema de Desinfección de Aire para el Control Ambiental de Enfermedades infecciosas muy estudiado y ampliamente utilizado.
En 2009 el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos publicó una Guía Completa para el uso de Equipos de Desinfección de Aire Upper Room en Instalaciones Sanitarias (14). En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud, considera la instalación de Equipos Ultravioleta Upper Room, como estándar necesario en los programas hospitalarios para la prevención y el control de la tuberculosis.

La eficacia, demostrada, en evitar los contagios por enfermedades transmisibles por el aire, junto con la seguridad de utilización en presencia de personas, han permitido a los Sistemas Upper Room, ser instalados en ámbitos distintos al hospitalario: Centros Comerciales, Aeropuertos, Albergues, Residencias de Mayores, Grandes Edificios de Oficinas, Escuelas, Institutos, Universidades, Supermercados, Estaciones de Metro y Ferrocarril, Auditorios, Centros Deportivos, Restaurantes, etc.
A día de hoy, dado su potencial, demostrado, en la inactivación de cualquier tipo de virus y bacteria presente en el aire interior, los Equipos Upper Room son considerados como una solución eficaz y económica en la lucha contra el COVID-19.

(1) Goldner JL, Moggio M, Beissinger SF, McCollum DE. Ultraviolet light for the control of airborne bacteria in the operating room. Ann N Y Acad Sci 1980;353:271-84.

(2) Wells WF, Wells MW, Wilder TS. The environmental control of epidemic contagion I: an epidemiologic study of radiant disinfection of air in day schools. Am J Hyg 1942;35:97-121 & Wells WF. Airborne contagion and air hygiene: an ecological study of droplet infections. Cambridge (MA): Harvard University Press 1955

(3) McLean RL. The mechanism of spread of Asian influenza: general discussion. Am Rev Respir Dis 1961(2 Pt 2);83:36-8.

(4) Riley RL, Mills CC, Nyka W, Weinstock N, Storey PB, Sultan LU,et al. Aerial dissemination of pulmonary tuberculosis: a two-year study of contagion in a tuberculosis ward. Am J Hyg 1959;70:185-96.

(5) Riley RL, Mills CC, O’Grady F, Sultan LU, Wittstadt F, Shivpuri DN. Infectiousness of air from a tuberculosis ward. Ultraviolet irradiation of infected air: comparative infectiousness of different patients. Am Rev Respir Dis 1962;85:511-25.

(6) McAdam JM, Brickner PW, Scharer LL, Crocco JA, Duff AE. The spectrum of tuberculosis in a New York City men’s shelter clinic (1982–1988). Chest 1990;97:798-805.

(7) Vincent RL. Airborne disease control: measurement of ultraviolet germicidal irradiation (UVR) in high-risk environments. In: Matthes R, Sliney D, editors. Measurements of optical radiation hazards (ICNIRP 6/98; CIE x016-1998). München: Märkl-Druck; 1998. p. 369-86.

(8) Nardell EA. Ultraviolet air disinfection to control tuberculosis in a shelter for the homeless. In: Kundsin RB, editor. Architectural design and indoor microbial pollution. New York: Oxford University Press; 1988. p. 296-308.

(9) Stead WW, Yeung C, Hartnett C. Probable role of ultraviolet irradiation in preventing transmission of tuberculosis: a case study. Infect Control Hosp Epidemiol 1996;17:11-3.

(10) Miller SL, Macher JM. Evaluation of a methodology for quantifying the effect of room air ultraviolet germicidal irradiation on airborne bacteria. Aerosol Sci Technol 2000;33:274-95.

(11) Dumyahn T, First M. Characterization of ultraviolet upper room air disinfection devices. Am Ind Hyg Assoc J 1999;60:219-27.

(12) First MW, Weker RA, Yasui S, Nardell EA. Monitoring human exposures to upper-room germicidal ultraviolet irradiation. J Occup Environ Hyg 2005;2:285-92.

(13) Nardell EA, Bucher SJ, Brickner PW, Wang C, Vincent RL, Becan-McBride K, et al. Safety of upper-room ultraviolet germicidal air disinfection for room occupants: results from the Tuberculosis Ultraviolet Shelter Study. Public Health Rep 2008;123:52-60.

(14) Centers for Disease Control and Prevention (US). Environmental control for tuberculosis: basic upper-room ultraviolet germicidal irradiation guidelines for healthcare settings. Atlanta: CDC, National Institute for Occupational Safety and Health (US); 2009. DHHS (NIOSH) Publication No. 2009-105.

(15) Who Guidelines on Tuberculosis Infection Prevention & Control 2019

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